No devolución de fianza por desperfectos: ¿Cuándo no la recibirás?

Cuando alquilamos una vivienda, es común que el propietario nos pida una fianza como garantía de que cumpliremos con nuestras obligaciones como inquilinos. Esta fianza, por lo general, equivale a un mes o dos de la renta mensual y se debe entregar al momento de firmar el contrato de arrendamiento.
La normativa establece que esta fianza debe ser devuelta al inquilino al finalizar el contrato, siempre y cuando no haya ningún desperfecto causado por el mismo y no existan deudas pendientes. Sin embargo, en algunas ocasiones, los propietarios se niegan a devolver la fianza alegando diferentes motivos.
En este artículo, abordaremos los distintos motivos por los cuales un casero puede retener la fianza y analizaremos en qué situaciones es posible que el inquilino no la reciba de vuelta.
¿Qué es la fianza y cuándo se debe devolver?
La fianza es una cantidad de dinero que el inquilino entrega al propietario al principio del contrato de arrendamiento como garantía de cumplimiento de sus obligaciones. Esta fianza tiene como finalidad cubrir los posibles daños en la vivienda o el impago de rentas.
En teoría, esta fianza debe ser devuelta al inquilino una vez finalizado el contrato de arrendamiento y siempre que la vivienda esté en buen estado y no haya ningún tipo de deuda pendiente.
Motivos por los cuales el casero puede retener la fianza
Existen varios motivos por los cuales un casero puede negarse a devolver la fianza a un inquilino. A continuación, analizaremos cada uno de ellos:
Daños en la vivienda
Uno de los motivos más comunes por los cuales el casero puede retener la fianza es debido a los daños que el inquilino haya causado en la vivienda durante su estancia. Estos daños pueden ser desde pequeños desperfectos, como arañazos en las paredes o rotura de azulejos, hasta daños más graves, como agujeros en las paredes o rotura de electrodomésticos.
Es importante tener en cuenta que estos daños no deben ser considerados como un desgaste normal de la vivienda, sino como un mal uso por parte del inquilino. En estos casos, el casero puede retener una parte o la totalidad de la fianza para reparar los daños ocasionados.
Obras sin permiso
Si el inquilino realiza obras en la vivienda sin contar con el consentimiento del propietario, este último tiene el derecho de retener la fianza. Realizar obras sin permiso puede implicar desde la modificación de la distribución de la vivienda hasta la instalación de elementos que alteren la estética o estructura del inmueble.
El propietario tiene el derecho de conservar la fianza para cubrir los posibles costos de revertir o reparar las modificaciones realizadas por el inquilino sin su autorización.
Impago de la renta
Otro de los motivos por los cuales el casero puede retener la fianza es si el inquilino ha dejado de pagar una o varias mensualidades de la renta acordada. En estos casos, el propietario puede considerar que la fianza será utilizada para cubrir las deudas pendientes y no proceder a su devolución.
Es importante destacar que este motivo solo es válido si existe una cláusula en el contrato de arrendamiento que lo especifique y que el inquilino haya sido debidamente informado de su incumplimiento.
Devolución de la vivienda sucia
Si el inquilino devuelve la vivienda en un estado de suciedad o falta de limpieza considerable, el propietario puede retener una parte o la totalidad de la fianza para cubrir los gastos de limpieza necesarios.
Es importante mencionar que la suciedad debe ser considerable y no simplemente el desgaste natural que conlleva el uso habitual de una vivienda. Si el inquilino ha mantenido la vivienda en buen estado de limpieza durante su estancia, no se podrá retener la fianza por este motivo.
Dejar el piso antes de tiempo
Si el inquilino decide dejar el piso antes de tiempo sin justificación válida y sin haber cumplido el plazo mínimo estipulado en el contrato de arrendamiento, el propietario puede retener la fianza como compensación por la finalización anticipada del contrato.
Es importante tener en cuenta que este motivo solo es válido si existe una cláusula en el contrato de arrendamiento que especifique las consecuencias por finalizar el contrato antes de tiempo.
Plazo de devolución de la fianza
Una vez finalizado el contrato de arrendamiento, el propietario tiene un plazo máximo de un mes para devolver la fianza al inquilino. Este plazo comienza a contar desde la entrega de las llaves y puede ser prorrogado por un máximo de 15 días si existen motivos justificados.
Si el propietario no devuelve la fianza dentro del plazo establecido, el inquilino tiene derecho a reclamar los intereses por demora en la devolución. Estos intereses se calculan tomando como referencia el tipo de interés legal del dinero vigente en el momento de finalización del contrato.
Es importante destacar que, si el inquilino no ha recibido la devolución de la fianza dentro del plazo establecido, puede poner una reclamación ante el organismo correspondiente de su comunidad autónoma para solicitar su devolución.
Reclamación de intereses por demora en la devolución
Cuando el propietario no devuelve la fianza dentro del plazo establecido, el inquilino tiene derecho a reclamar los intereses por demora en la devolución. Estos intereses se calculan tomando como referencia el tipo de interés legal del dinero vigente en el momento de finalización del contrato.
Es importante destacar que estos intereses se sumarán al importe de la fianza y su cálculo comenzará a partir del día siguiente a la finalización del plazo establecido para la devolución de la fianza.
En caso de que el propietario se niegue a pagar los intereses por demora, el inquilino puede presentar una reclamación ante el organismo correspondiente de su comunidad autónoma para solicitar su pago y, en caso de ser necesario, recurrir a la vía judicial.
Conclusiones y recomendaciones
Es importante entender que la devolución de la fianza por desperfectos no es automática y puede estar sujeta a ciertas condiciones y motivos por parte del propietario. Es fundamental leer detalladamente el contrato de arrendamiento y asegurarse de cumplir con todas las cláusulas establecidas.
Si el inquilino considera que el propietario no está actuando de manera justa en la retención de la fianza, es recomendable ponerse en contacto con un profesional especializado en derecho inmobiliario para recibir asesoramiento y, en caso necesario, iniciar las acciones correspondientes.
Asimismo, es importante mantener una buena relación con el propietario durante la estancia en la vivienda y mantener la misma en buen estado de conservación, para evitar conflictos en el momento de solicitar la devolución de la fianza.